El interés compuesto: Fórmula y ejemplos
Albert Einstein calificó al interés compuesto como “la fuerza más poderosa de la galaxia“. Como veréis a continuación, esta pequeña exageración no andaba muy lejos de la realidad. Entender el interés compuesto es imprescindible, puesto que es uno de los pilares básicos de las matemáticas financieras, y es también esencial para saber tomar decisiones en nuestras finanzas personales. En este artículo explicaremos cómo funciona el interés compuesto, su fórmula, la diferencia con el interés simple y algunos ejemplos de su poder en el mundo de la inversión en bolsa.
Fórmula del interés compuesto
La fórmula de cálculo del interés compuesto es la siguiente:
Como podéis ver, la fórmula del interés compuesto tiene un componente exponencial, lo que hace que aumente en mayor medida con el paso del tiempo. Más adelante veremos de forma gráfica su carácter exponencial.
Diferencia entre el interés simple y el interés compuesto
Mientras que el montante total en interés compuesto aumenta de forma exponencial, en el interés simple aumenta siempre en la misma medida. La fórmula de interés simple es la siguiente:
A continuación podréis ver mediante ejemplos la diferencia entre el interés simple y el interés compuesto para un capital invertido a diferentes tipos de interés.
Ejemplos del poder de interés compuesto
La mejor forma de ver el poder del interés compuesto es mediante ejemplos. En los siguientes gráficos podemos ver la diferencia entre la rentabilidad de 10.000 € invertidos durante 50 años mediante interés simple e interés compuesto con diferentes rentabilidades anuales.
Como podéis apreciar, la diferencia entre las diferentes rentabilidades totales aumenta de una forma mucho más pronunciada en el caso del interés compuesto. En la siguiente tabla se puede apreciar mejor la diferencia en los resultados:
El interés compuesto en la inversión en bolsa
¿Por qué es tan importante entender el interés compuesto en nuestras finanzas personales? La razón es que nos ayudará a entender que debemos buscar inversiones que crezcan de forma continuada en el tiempo de forma similar a lo que sucede con el interés compuesto. Si invertimos en activos de renta fija, lo normal es que los ofrezca una rentabilidad simple constante, por lo que no suele ser interesante a largo plazo salvo contadas excepciones. Esto se puede ver con mayor claridad en el artículo en el que vemos la rentabilidad de la bolsa en cifras históricas.
Lo que debemos buscar son empresas con ventajas competitivas duraderas a largo plazo, como pueden ser Coca-Cola, Inditex, Disney, McDonalds o Google, que tengan beneficios que aumenten de manera exponencial. Eso sí, no debemos pagar un precio excesivo por las acciones de compañías, sino uno que garantice una rentabilidad interesante a largo plazo junto con un buen margen de seguridad.
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